MONOLOGO
DE UN ANTONIANO
Esta
es una historia de la vida misma. Creí que la filosofía y la palabra escrita
podían convencer a la joven catedrática del curso de estadística, que no todo
en la vida es matemáticas. Fue así que decidí no dejar nada en blanco.
-Catedrática:
Firme su prueba jovencito, usted quiere desaprobar ¿no?
-Carlos
Roberto: …Con todo el cariño que le tengo ¿dónde pongo mi autógrafo?
-Catedrática:
Esto no puede quedar así… me lo llevare de recuerdo.
DISCULPE
LA INCOMPRENSIÓN
Esta
es la misma historia de siempre… ¿Por qué soy tan malo con las matemáticas?
–Sera
que no logro percibir esos números y bacterias que se mueven al frente mío, oh
Dios, ¿Cuándo aprenderé a contar los benditos números? Inciertamente la alegría
viene hacia mí, por lo menos sé la abreviatura de los benditos N°s (números).
Saber
de todo un poco está bien, pero no tanto para ser un especialista en este
ámbito del conocimiento de la materia.
¿Cómo
contaría los millones de dólares que obtendría a causa de contratos o algún trabajo
realizado que no fuese por el azar de la lotería? Supongo que debería contratar
a mi docente de matemática para que pueda enseñarme a contar una a una cada
moneda.
Me
basta saber que podría hacer cálculos para que mi vida mejore, no sé si para
bien o para mal. Me atrevo a decir que hoy tal vez estoy aquí gracias a los
cálculos que hacen los matemáticos, no sé por qué, pienso que podrían
solucionar el problema del hambre y los problemas sociales, así como solucionan
problemas y más problemas, hallan logaritmos y son tan importantes como los
ladrillos de este edificio y las ciencias sociales, los pixeles de las imágenes
de internet y ¿quién sabe? podrían calcular el viaje al futuro o al espacio.
–
Son los cálculos que hago.
Existencialismo
es una cosa y los ismos también, pero yo solo quiero vivir tranquilo y feliz,
supongo que para eso asisto a la universidad, estudio y soy un joven ávido de
aprender nuevas y buenas cosas. Si leer y escribir todo lo que pase por mi
vista y por mis manos tendría una nota, estoy seguro que sería el mejor de este
salón, pero no, las matemáticas son una parte importante y fundamental de mi
formación ¿Me ayudan a pensar y razonar de mejor manera?
Sera
mi terquedad o mi frustración “por-no” aprender a contar los benditos números o
será mi convicción de creer que podría perder el tiempo, contando la materia de
lo infinito a lo más diminuto (potencias de 10)
¿Encontrare
el demiurgo?
Bajando
del espacio de mi pensamiento e intentando pisar firme, miro alrededor, regreso
a tierra, quiero tocar fondo y concentrarme en el examen que tengo al frente
mío; definitivamente si no apruebo este curso tendré que llevar otra vez y
¿otra vez?
Esperando
su comprensión señorita catedrática no pude llenar la hoja de ejercicios estadísticos,
así que por no dejar nada en blanco, decidí plasmar en un pedazo de papel unas
cuantas palabras.
Atte.
Su alumno Carlos Roberto Mamani Cruz
Cuando tenía menos años de edad me caracterizaba la rebeldía y en alguna medida era irreverente, resultado de una vida adolescente en la que uno intenta ser mejor cada día.
ResponderEliminarSi tendría que definir a que corriente literaria pertenece el presente monologo, yo diría que es “POST VERNACULAR”. Dada las circunstancias diré que pertenece al Romanticismo, la exaltación del yo, el mismo escritor es el demiurgo.