viernes, 13 de noviembre de 2015

MONOLOGO DE UN ANTONIANO

MONOLOGO DE UN ANTONIANO

Esta es una historia de la vida misma. Creí que la filosofía y la palabra escrita podían convencer a la joven catedrática del curso de estadística, que no todo en la vida es matemáticas. Fue así que decidí no dejar nada en blanco.

-Catedrática: Firme su prueba jovencito, usted quiere desaprobar ¿no?
-Carlos Roberto: …Con todo el cariño que le tengo ¿dónde pongo mi autógrafo?
-Catedrática: Esto no puede quedar así… me lo llevare de recuerdo. 

DISCULPE LA INCOMPRENSIÓN

Esta es la misma historia de siempre… ¿Por qué soy tan malo con las matemáticas?

–Sera que no logro percibir esos números y bacterias que se mueven al frente mío, oh Dios, ¿Cuándo aprenderé a contar los benditos números? Inciertamente la alegría viene hacia mí, por lo menos sé la abreviatura de los benditos N°s (números).
Saber de todo un poco está bien, pero no tanto para ser un especialista en este ámbito del conocimiento de la materia.

¿Cómo contaría los millones de dólares que obtendría a causa de contratos o algún trabajo realizado que no fuese por el azar de la lotería? Supongo que debería contratar a mi docente de matemática para que pueda enseñarme a contar una a una cada moneda.

Me basta saber que podría hacer cálculos para que mi vida mejore, no sé si para bien o para mal. Me atrevo a decir que hoy tal vez estoy aquí gracias a los cálculos que hacen los matemáticos, no sé por qué, pienso que podrían solucionar el problema del hambre y los problemas sociales, así como solucionan problemas y más problemas, hallan logaritmos y son tan importantes como los ladrillos de este edificio y las ciencias sociales, los pixeles de las imágenes de internet y ¿quién sabe? podrían calcular el viaje al futuro o al espacio.
– Son los cálculos que hago.

Existencialismo es una cosa y los ismos también, pero yo solo quiero vivir tranquilo y feliz, supongo que para eso asisto a la universidad, estudio y soy un joven ávido de aprender nuevas y buenas cosas. Si leer y escribir todo lo que pase por mi vista y por mis manos tendría una nota, estoy seguro que sería el mejor de este salón, pero no, las matemáticas son una parte importante y fundamental de mi formación ¿Me ayudan a pensar y razonar de mejor manera?

Sera mi terquedad o mi frustración “por-no” aprender a contar los benditos números o será mi convicción de creer que podría perder el tiempo, contando la materia de lo infinito a lo más diminuto (potencias de 10)
¿Encontrare el demiurgo?

Bajando del espacio de mi pensamiento e intentando pisar firme, miro alrededor, regreso a tierra, quiero tocar fondo y concentrarme en el examen que tengo al frente mío; definitivamente si no apruebo este curso tendré que llevar otra vez y ¿otra vez?

Esperando su comprensión señorita catedrática no pude llenar la hoja de ejercicios estadísticos, así que por no dejar nada en blanco, decidí plasmar en un pedazo de papel unas cuantas palabras.

Atte. Su alumno Carlos Roberto Mamani Cruz

1 comentario:

  1. Cuando tenía menos años de edad me caracterizaba la rebeldía y en alguna medida era irreverente, resultado de una vida adolescente en la que uno intenta ser mejor cada día.

    Si tendría que definir a que corriente literaria pertenece el presente monologo, yo diría que es “POST VERNACULAR”. Dada las circunstancias diré que pertenece al Romanticismo, la exaltación del yo, el mismo escritor es el demiurgo.

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